PRESENTACIÓN
No cabe duda que 2020 ya forma parte de la historia y, aunque pasen los tiempos, éste quedará en la memoria de quienes vivieron el fenómeno del aislamiento, la suspensión de actividades y el cierre de escuelas.
El Covid-19 vino a transformar todo, especialmente la educación, en este número reunimos una serie de artículos que dan cuenta del impacto de la pandemia en las prácticas educativas de docentes y estudiantes.
El debate lo abrimos con un texto de José Édgar Correa, quien señala que la propia experiencia derivó necesidades o problemáticas que se traducen en diferentes situaciones psicopedagógicas que la SEP no atendió o dejó en un plano secundario; como son la evaluación diagnóstica, los hábitos de estudio y la educación socioemocional.
Ana Elizabeth Copado comenta que la implementación de la modalidad de educación a distancia no ha dado recomendaciones, sugerencias o estrategias para establecer una vía de comunicación entre los profesores, los estudiantes y los padres de familia, ya que la estrategia base para abrir los canales de comunicación en el proceso didáctico es responsabilidad del profesor.
Juan Fernando Abarca acota que los recientes cambios ocurridos con la pandemia del Covid-19, han sido una excelente oportunidad para evaluar la resiliencia de las personas, incluyendo a los alumnos; sobre todo de aquellos que poseen un grado de desigualdad, pues son ellos quienes más dificultades suelen sufrir para continuar con sus estudios.
Margarita C. Euán y Ulises Hermilo Ávila, al hablar de inclusión digital, concluyen que las TIC en los procesos educativos son medios que los cambios en el mundo exigen y que éstas sean competencias obligadas en los jóvenes al egresar de la educación media superior, no sólo para incorporarse a los ámbitos laborales, sino para continuar los estudios universitarios.
María Adriana Lobo y Yohel E. Morales consideran que, a la vista del escenario pandémico, de manera alternativa y de carácter excepcional los estudiantes con discapacidades diversas, son quienes en cierta medida adquieren diferentes habilidades y competencias, y deben contar con la asesoría de un docente y el apoyo familiar, destacando la adaptación a los cambios, la flexibilidad, la iniciativa y la colaboración.
María Enriqueta López Salazar apunta que la pandemia permitió conocer el proceso de enseñanza-aprendizaje desde el aula virtual, siendo regularmente el hogar, también ha puesto de manifiesto la enorme debilidad en cuanto a infraestructura en los mismos para afrontarla.
Ricardo Cervantes, Sofía Robles y Francisco Javier Ávila aseguran que el manejo las Tecnologías de Aprendizaje y Conocimiento debieran ser un sinónimo de herramienta formativa para la optimización del proceso de aprendizaje como un modelo educativo que esté relacionado con las circunstancias actuales, dentro y alrededor del aula virtual.
James Frank Becerra y equipo, al ver el vaso medio lleno, apuntan que ésta es una gran oportunidad para hacer de la escuela algo distinta, menos masificada, no de jornadas únicas, de afanes por la planeación semanal, de consignar informaciones en registros y formatos, en fin, es la oportunidad para transformar la escuela.
Karla Isabel Colín, Miguel Ángel Sanabria y Fernando Cornejo consideran que no es sencillo concluir sobre las experiencias lúdicas en el aula de clases, porque cada grupo tiene su propia manera de interactuar entre pares, la personalidad de los integrantes influye en la capacidad de relacionarse de manera interpersonal, lo más llamativo durante estas estrategias didácticas es la integración que ocurre entre el tutor y los estudiantes al mostrar una dinámica diferente con un nivel de recordación mayor gracias a el involucrar sentimientos agradables en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Martha Georgina Orozco, Violeta Guadalupe Meléndez y Javier Omar Martínez consideran que la divulgación de la ciencia en materia de ciencias biológicas se ha incrementado significativamente a partir de la pandemia por Covid-19, el flujo de información creció a través de las redes y motivó en muchos sentidos la necesidad de mantenerse informado y en algunos casos atender indicaciones de las autoridades.
Finalmente y para cerrar el debate, Irene Aguado, María Teresa Pantoja y José Refugio Velasco concluyen que los efectos que genera un aconteci- miento como la pandemia provocada por el coronavirus exigen un orden de comprensión de lo que sucede y lo que nos sucede.
Fuera del monotemático, Benita Camacho, Raúl Mercado y Álvaro de Jesús Ibarra resaltan que la universidad tiene una ineludible responsabilidad, debido a que sus egresados serán quienes deberán actuar como profesionistas en concordancia con estos valores y, además, quienes ejercen la docencia deben contribuir a la afirmación y consolidación de la formación ciudadana.
Por su parte, y como colofón del número, Blanca Estela Galicia, al hablar del cuidado del medio ambiente, nos dice que la escuela es uno de los lugares desde donde se puede incidir para el cambio de actitudes, eso no significa que vaya a ser siempre de ese modo o igual en todas las instituciones, sin embargo, existe una posibilidad.